“I really wanna be with you”, pensaba en inglés como si ella a la distancia, lejos, en un lugar que no se cual es, en un paraíso que no se si es tal, con una vida que no se si es vida, pudiera leer mi mente. A veces me gustaría tener la certeza que sí puede hacerlo, que se acuerda, que vuelve a sus recuerdos y añoranzas y que mi imagen se posa otra vez en sus ojos y sobre todo en su corazón moviendo o provocando al menos un estertor dentro de ella.
La veo aún caminando por el parque, la escucho reprochándome el haber llegado tarde y sabiendo, que fuera la hora que fuese, yo llegaría a su lado, tomaría sus manos, acariciaría su pelo y dulcemente le daría un beso en la frente….
02 de abril de 1997
- No dejes nada encima de la cama- me dijo con voz firme, pero dulce a la vez, como solía hacerlo cuando me daba sus “consejos” antes de comenzar el viaje.
El camino fue largo pero su compañía acortaba cualquier distancia. Bajó el vidrio del auto y dejó que el viento desordenara su pelo. Como envidié ese viento que sin pedir permiso pudo rozarla mientras yo conducía.
La casa era de un amigo y quedaba en medio del bosque, con olor a arrayanes, alerces y tierra húmeda. A pocos metros el río adornaba el entorno con sus sonidos y espantaba el silencio. El sol, que quería darnos la bienvenida, se despedía y la luna era la invitada final, pero no quería llegar sola, sino que se hizo acompañar por un inmenso séquito de estrellas y una lluvia luminosa como miles de luciérnagas.
El brillo de sus ojos al abrir la puerta de la cabaña aún continúa en mi memoria y no creo que algún día desaparezca. Me tomó la mano, me acercó hacia ella, y en un beso me entregó su profundo agradecimiento por poder compartir ese momento. Ese momento que fue íntimo y perenne, que fue fuego y candor, que fue calmo y voraz.
05 de abril de 1997
-No dejes nada encima de la cama- volvió a repetir.
En la cama sólo quedaba su silueta y la mía, y si hubiese podido empacarla también lo habría hecho. Llovió todo el fin de semana, pero a diferencia de lo habitual, era justamente lo que ansiábamos. Caminamos y nos empapamos. Nuestros pasos llenos de barro dejaban su marca por donde pasábamos, y nos entreteníamos esquivando cuanta ramita con dos puntas aparecía en nuestro andar.
Fui feliz y creo que ella también lo fue.
02 de abril de 2009
Ahora hay otra persona a mi lado y me preguntó hace unas horas si estaba enamorado. No quería ni tenía intención alguna en involucrarme de nuevo con nadie mas que pudiera hacerme sentir tan bien, tan complacido, que elevara mis ilusiones tan alto y que luego me dejara caer como aquella vez en que realmente sentí que estaba enamor… No me quiero acordar de esa palabra. Muy pocas veces la había vuelto a mencionar. Enamorado.
Aquí, junto a tu lecho de descanso eterno, riego tus flores con las lágrimas que nunca dejarán de brotar por ti….. la única que me ha hecho sentir en verdad lo que es el amor.
Update: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.......este es el cuento que hoy cree para participar en el concurso de las MCH30......
VOTEN POR MI CUENTO!!!!!!!!!!
La veo aún caminando por el parque, la escucho reprochándome el haber llegado tarde y sabiendo, que fuera la hora que fuese, yo llegaría a su lado, tomaría sus manos, acariciaría su pelo y dulcemente le daría un beso en la frente….
02 de abril de 1997
- No dejes nada encima de la cama- me dijo con voz firme, pero dulce a la vez, como solía hacerlo cuando me daba sus “consejos” antes de comenzar el viaje.
El camino fue largo pero su compañía acortaba cualquier distancia. Bajó el vidrio del auto y dejó que el viento desordenara su pelo. Como envidié ese viento que sin pedir permiso pudo rozarla mientras yo conducía.
La casa era de un amigo y quedaba en medio del bosque, con olor a arrayanes, alerces y tierra húmeda. A pocos metros el río adornaba el entorno con sus sonidos y espantaba el silencio. El sol, que quería darnos la bienvenida, se despedía y la luna era la invitada final, pero no quería llegar sola, sino que se hizo acompañar por un inmenso séquito de estrellas y una lluvia luminosa como miles de luciérnagas.
El brillo de sus ojos al abrir la puerta de la cabaña aún continúa en mi memoria y no creo que algún día desaparezca. Me tomó la mano, me acercó hacia ella, y en un beso me entregó su profundo agradecimiento por poder compartir ese momento. Ese momento que fue íntimo y perenne, que fue fuego y candor, que fue calmo y voraz.
05 de abril de 1997
-No dejes nada encima de la cama- volvió a repetir.
En la cama sólo quedaba su silueta y la mía, y si hubiese podido empacarla también lo habría hecho. Llovió todo el fin de semana, pero a diferencia de lo habitual, era justamente lo que ansiábamos. Caminamos y nos empapamos. Nuestros pasos llenos de barro dejaban su marca por donde pasábamos, y nos entreteníamos esquivando cuanta ramita con dos puntas aparecía en nuestro andar.
Fui feliz y creo que ella también lo fue.
02 de abril de 2009
Ahora hay otra persona a mi lado y me preguntó hace unas horas si estaba enamorado. No quería ni tenía intención alguna en involucrarme de nuevo con nadie mas que pudiera hacerme sentir tan bien, tan complacido, que elevara mis ilusiones tan alto y que luego me dejara caer como aquella vez en que realmente sentí que estaba enamor… No me quiero acordar de esa palabra. Muy pocas veces la había vuelto a mencionar. Enamorado.
Aquí, junto a tu lecho de descanso eterno, riego tus flores con las lágrimas que nunca dejarán de brotar por ti….. la única que me ha hecho sentir en verdad lo que es el amor.
Update: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.......este es el cuento que hoy cree para participar en el concurso de las MCH30......
VOTEN POR MI CUENTO!!!!!!!!!!
